AVIVAMIENTO POR ORACION
El ver un avivamiento, poder ver una verdadera manifestación de la gloria de Dios en nuestras vidas, familias e iglesias no pasara únicamente porque lo queramos, es un factor necesario el desearlo, anhelarlo y buscarlo pero no es el único factor. Muchos dicen “si Dios quiere hacer algo sorprendente lo hará, sin importar si yo quiero o no” eso es una media verdad, claro que el tiene el poder y la autoridad para irrumpir así en una vida o iglesia, sin embargo Dios busca que tengamos hambre de su presencia. Muchas veces esa declaración es en realidad la forma de disfrazar el hecho de que no creemos, no anhelamos o no vemos necesario ese tipo de manifestación de Dios, es una forma de decir “yo estoy bien con lo que creo, y yo tengo la razón, si estoy mal pues que Dios me lo muestre” es una forma de decir “si él quiere pues que lo haga, pero yo no voy a abrir mi corazón siquiera al a posibilidad de que ocurra por que se que no es así la cosa”.
En fin lo que verdaderamente nos dejara ver un avivamiento y un tiempo donde Dios tome el control y dejemos de lado nuestros programitas y calendarios, nuestras estructuras humanas de cómo debe ser la reunión, nuestras estrategias que mas promueven nuestro ministerio, será un hambre desesperada por Dios, sin embargo tiene que ser un hambre expresada en oración, en un clamor verdadero.
Podemos tener mucha hambre y ganas de verlo, pero si no tomamos un compromiso de orar y clamar por esto jamás lo veremos, la oración es lo que desata el poder de Dios sobre nuestras vidas e iglesias, es la oración la que provoca a Dios, no la oración litúrgica y religiosa, no la oración de “tengo que orar por que soy cristiano” sino la oración que dice “Dios yo se que si oro tu lo harás y voy a orar hasta verte venir con tu gloria por que te creo y lo quiero ver”.
La palabra dice en Salmos 127:1 “Si el SEÑOR no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el SEÑOR no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes. “ (NVI) , y muchas veces tristemente estamos realizando obras en el ministerio o en nuestras vidas sin que Dios este en medio realmente edificándolo.
Avivamiento es Dios edificando la casa, es Dios tomando el control y velando por la ciudad, y lo que provoca que Dios venga a la casa es el clamor de su pueblo, es la oración que le pide que haga habitación en medio de nosotros, muchos oramos por tradición cristiana, pero no por revelación, no confiando realmente que Dios hará algo, oramos como diciendo “pues ojala y haga algo después de este tiempo que le pedí cosas” cuando dice la palabra que nos acerquemos confiadamente, que debemos acercárnosle con Fe, creyendo que el está ahí y galardona(premia, da renombre) a aquellos que lo buscan.
Oremos de verdad pidiéndole que venga con poder a su iglesia, que venga y tome el control, que El edifique la casa, que él decida qué tipo de casa quiere y no nosotros y nuestra mentalidad religiosa y limitada.
“Espíritu Santo, ven con un espíritu de oración y clamor a nosotros, para poder verte mover en medio nuestro, avívanos y despiértanos a la oración y al clamor confiado y verdadero.”