¿QUE ES UN VERDADERO AVIVAMIENTO?

17.07.2013 09:14

¿QUE ES UN VERDADERO AVIVAMIENTO?

Avivamiento, una palabra o un concepto que hoy en día escuchamos mucho, pero muchas veces nos quedamos tan lejos de lo que un avivamiento genuino es. Muchas veces confundimos avivamiento con ciertas formas de llevar una reunión, con ciertas cosas que ocurren en la iglesia, con manifestaciones del Espíritu Santo, pero un avivamiento aunque lleve mucho de lo que acabamos de mencionar va más allá.

La palabra AVIVAMIENTO habla de que algo que está a punto de morir o en decadencia vuelva a cobrar vida, y una vida mayor a la que tenía antes, es por eso que avivamiento también puede ser llamado renovación. Ahora un avivamiento también puede ser una visitación especial de Dios, a mi me gusta asociar esas dos palabras aunque una es para describir algo que ya tenía vida y la segunda, visitación no necesariamente sea avivar un fuego anterior, sino tal vez el primer encender de algo, en cualquiera de ambos casos los resultados, enfoque y circunstancias son muy parecidas y la verdad es que ya sea que necesitemos ser revividos o visitados por primera vez, todos necesitamos este AVIVAMIENTO.

Podemos describir un avivamiento genuino como una visitación sobre natural de Dios sobre una iglesia local, una comunidad, una nación, una vida o una familia. Una visitación especial de su Espíritu Santo, donde hay un encuentro real con Dios lo que produce un fuego de amor y pasión por Dios y su obra. Esta visitación viene acompañada muchas veces de manifestaciones poderosas del Espíritu Santo, mismas que muchas veces no comprendemos del todo pero lo que menos debemos hacer es juzgarlas o condenarlas. Sin embargo un avivamiento verdadero ira más allá de una manifestación externa, siempre tendrá como sello un verdadero impacto interior en las vidas, un impacto de la verdad de  Dios, su amor, su poder y su santidad en la vida de aquellos que están medio de esta visitación. Un verdadero avivamiento produce gente convirtiéndose de corazón a Jesucristo, creyentes que han sido tibios o fríos convirtiéndose en antorchas encendidas por el fuego de Dios, llevándolo a otros lugares, gente que está viviendo en pecado tanto fuera o dentro de la iglesia, arrepintiéndose de corazón, no solo llorando sino cambiando su estilo de vida palpablemente , y también produce que la gente se apasione por el servicio y la obra de Dios detonando así un movimiento de la expansión del reino de Dios.

Muchas veces hay factores que marcan algunos avivamientos,  cosas como: sanidades, milagros constantes, conversiones en masa, movimiento de evangelismo y misiones, crecimiento de enseñanza bíblica y algunas cosas más, todas estas son parte del mover de Dios y no podemos encuadrar a todos los avivamientos que sean iguales, pues en cada uno Dios desea mostrar cosas nuevas y diferentes.

AVIVAMIENTO no es una moda, no es una herejía, un avivamiento genuino es la respuesta de Dios en medio de un mundo donde cada vez la oscuridad es mayor y necesitamos con tanta urgencia un mover sobrenatural de su Espíritu Santo.

Hay cosas dentro de las congregaciones que son buenas, eventos, congresos, discipulados, talleres, consejería, pero son cosas que pueden caer en una rutina y actividad meramente religiosa sino estamos dispuesto a dejar que Dios tome el control total de las cosas, eso se produce en un verdadero avivamiento,  ES CUANDO LOS PASTORES Y MINISTROS DEJAMOS DE SER LOS DUEÑOS DE LA IGLESIA PARA DEJARLE EL PASO Y GOBIERNO A QUIEN REALMENTE ES EL DUEÑO DE LA IGLESIA, AL PRECIOSO ESPIRITU DE DIOS.

Te invito a que busques con todo tu corazón un despertar de su Espíritu Santo en ti, que le pidas con todas tus fuerzas y constantemente a Dios que te avive, que quite la pasividad, la apatía, el pecado de tu vida y de la vida de los que están a tu alrededor, que clames por un avivamiento y visitación genuina en tu vida, volviéndote asi en un apasionado por Dios y por su obra.

 

Oh Jehová,  he oído tu palabra,  y temí. Oh Jehová,  aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer…”  Habacuc 3:2

 

 

 

 


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